Boda de Mario y Cris

27 octubre 2011 - Bodas - Comentarios -

Cris vino el año pasado al estudio acompañada de Ana (su compañera de trabajo y sin embargo amiga, XD), a la que le había entregado su reportaje de boda no hacía mucho. Aconsejada por Ana, confiando en ella y habiéndonos conocido en su boda no tuvo dudas para reservar su fecha.

Dios los cría y ellos se juntan; qué gente más sana.  

Sólo puedo decir que me ha encantado trabajar con una pareja tan natural. Su felling se nota en el álbum e hicieron que todo fuera muy sencillo y agradable. La gente tan transparente y cercana quieren y son queridos por todos los que le rodean, y cuando los conoces en su salsa, con su gente, tú también tienes que quererlos.

No diré más... sólo darles las gracias por todo. Lo demás ya se encargaron de expresarlo en su boda sus amigos y familiares.

Mención especial a dos de sus amigos, Laura y Abel, que tuvieron la amabilidad de pasarme los textos que escribieron y leyeron para ellos, y que reproduzco a continuación de las fotografías. Gracias también a los dos.

 

De Laura:

Una melodía, un acorde, una nota, ese instante ya vivido, que hace regresar a los recuerdos, escudriñarlos, buscar entre las páginas de la memoria y encontrarlo. Cumplimos años y coleccionamos historias que llenan la hemeroteca de nuestra vida. Experiencias y anécdotas que nos marcaron tanto que han llegado a definirnos. Enlatados como corchetes enhiestos, refulgimos donde queremos brillar e instamos a los demás a que nos hagan compañía, no existiría una galaxia sin estrellas, y necesitamos ser el sol de nuestro sistema. Con la energía como luz, y la linterna de las excusas como guía, llegamos a la puerta que queremos tocar, a veces nos damos la vuelta y huimos, otras veces, en cambio, la aporreamos.

Una flor, un árbol, un olor, una comida, una metáfora, un viaje, un niño perdido... y aún brillan vuestras pupilas de tensión, asombro y alegría. Cuando sonreís y sentís la libertad en cada bostezo lánguido, cuando llegáis tarde y parece que todo empieza sin que haya terminado, cuando las heridas no cicatrizan y sentís que otras nuevas se abren, cuando camináis en círculos y recordáis que siempre fuisteis de los que se marean, cuando todo eso pase y no sepáis hacia dónde mirar, recordad estas palabras y la magia de la amistad.

Sin rencores, sin abismos, sin distancia, sin vanidad... una sencilla relación, la más fácil y simple, donde no cabe mentira ni alarmismo. Esperamos, siempre agazapados en el inconstante destino, atentos a no perdernos el guión de nuestra propia vida. Expectantes ante el desconocimiento de los que nos rodean, no han pasado ningún casting para vivir junto a nosotros esa película siempre inacabada, constantemente empezada y siempre diferente. Una serie con entregas que aún no han vencido a la audiencia ni al tedio, vuestro amor, alguna amistad entera y suelta, otros olvidadizos momentos que nos llevan a sonreír sin que sepamos cual era la imagen que dibujó nuestra sonrisa. Y como directores de vuestra película no intentéis quitarnos del elenco de actores, porque somos vuestros amigos, porque somos personas que formaron parte de vuestros recuerdos, de las cartas que escribisteis y enviasteis a la memoria, a ese lugar único donde sólo pueden entrar las personas a las que le diste la llave de vuestro buzón, personas que saben cómo descifraros.

 

De Abel:

A MI CRISTI.
Cómo hablar de ti sin mencionar un mi.
Cómo explicar tus cosas y las mías.
Cómo explicar que, los dos minutos de esta osadía,
m´an costao to´unavia.
Cómo hablar de ti -mi Cristi-,
si eres parte de mi.
De mí y de lo que soy.
Incluso eres parte de lo que no soy.
Parte de mis pasos en los caminos,
parte de los mapas de mi destino.
De las llaves de mis puertas,
de mis mareas que no cesan.
Cómo resumo lo nuestro
niña, mujer, amiga y hermana.
Si no estoy a la altura,
no serán falta de ganas.
Ha sido el cuento de nuestro instituto,
el de seis caperucitas y tres feroces lobos,
el del kanfort y el kepchup en un minuto,
el de risas, gritos y carreras de bobos.
Después, la sonata de los recreos,
la de la cuña, las salaillas y el río,
la de nuestros primeros cotilleos,
la que dice: “Me ha dicho mi tío”.
También es la rumba del Continente,
la de las tardes en compañía,
la de alguna preocupación inocente,
la del diario camino hacia la librería.
Además es el rocanrol del finde,
el de “¿Hasta que hora te dejan?”,
el del “No te pases de la linde
que después algunos se quejan”.
Ha sido la saeta de la Santa Semana,
la de pipas, chistes, pasos y velas
la de “La Cristi viene con su hermana”
la del incienso, las risas y las pocas pelas.
También la sevillana de la placeta,
la de compartir juegos y secretos,
la de ser nosotros mismos sin careta,
la del “Que bonico es nuestro gueto”.
Además fue la canción del verano,
la de vamos pa´ Ogijares en bicicleta,
la del “A la Trina me lleva mi hermano”,
la de la tarde del río –qué jugarreta.
Más tarde la psicodelia de la facultad,
la del “A ver si nos llamamos pa´ quedar”,
la del “Trabajas mucho, me hago cargo”,
la del maldito “Ya no me quieres petardo”
Y por fin volvió el pasodoble de la vida,
las salidas de murga, locura y carnaval.
Corto e intenso trayecto de vuelta y huida.
“Yo no me meto, tú sabrás lo que haces chaval”.
Y ahora viene el bolero más deseado.
Yo andaba perdido y como ausente.
Cuando volví …la pandilla había cambiado.
Estaba Antonio, Mario y había más gente.
Entro aquí el Tango del día que me quieras´,
que Mario empezó a cantarle enamorado.
Días, semanas, meses, años ¿A qué esperas?
Y Cristi respondió: “Ven y qué´ate a mi lado”.
“Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.”
Gori 2011.

Abel Serrano.

Murcia, 2011

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