Durante los reportajes de boda me resulta inevitable fijarme en esas personitas que no dejan de observarlo todo con cierta perplejidad, modositos al principio, arropados por sus papás, titos y abuelos, en medio de tanto va y ven preparatorio. Puede que en esos momentos tengas la única oportunidad de captar esa mirada de no haber roto un plato jamás...
Esta foto fue valorada en las pasadas Calificaciones de FEPFI como muy buena y se le otorgó el correspondiente mérito..., aunque más allá de ese dato la verdad es que me quedé enganchado a esa mirada desde el mismo instante del click.
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